viernes, 12 de febrero de 2010

TRATAMIENTO EN JOVENES ADOLESCENTES

Sí se puede cambiar !!


Lic. Jesús Cureces Ríos

Siempre criticamos, somos especialistas en la crítica. Incluso hay personas que se han dedicado profesionalmente a la critica; tenemos críticos de cine, de deportes, de política y de muchas ramas más. Desgraciadamente al momento de emitir un juicio crítico nos inclinamos más hacia lo que se ha hecho mal y no hacia los logros positivos. Se ha dicho en múltiples ocasiones que nuestros centros de reclusión son universidades del crimen. Y esto es real en aquellos cuya prioridad es la custodia del interno y no la reinserción social. Pero en aquellos que se preocupan por los programas de reinserción y reeducación, en aquellos que creen en el ser humano y piensan que todos tenemos una segunda oportunidad, en aquellos en los que no les importa qué tan negro haya sido el pasado de los internos, sino qué perspectivas se tiene del futuro, en ésos… ¡sí es posible el cambio!

En días pasados y con motivo del día de las madres se realizó un festival en el Consejo Tutelar para Menores Infractores, aquí en Tijuana. Tanto los jóvenes como las muchachas que están detenidos por cometer alguna infracción prepararon meticulosamente, con todo el respaldo de autoridades y área técnica, un festival muy emotivo, donde después de bromas y canciones se leyeron las cartas que habían sido seleccionadas como triunfadoras en los concursos “Carta a mi Madre” y “Carta a mi Hijo”.

En esta ocasión quisiera referirme a dos de ellas, escritas por muchachas, que me impactaron y arrancaron lágrimas a las madres y aun al personal del propio consejo. A continuación transcribo algunos párrafos:

“Madre, perdóneme, no pretendo que sufra cuando me porto mal, cuántas veces sufrimos al ver que ni nuestras costumbres, ni nuestras ideas, ni nuestros deseos, ni nuestros caminos parecen conjugarse, pero a pesar de todo nos necesitamos, nos apreciamos, nos valoramos. Por encima de nuestras diferencias hay algo muy grande que nos une: Nuestro amor. Sabe, la necesito firme para apoyarme y darme fuerzas para salir adelante y así poder luchar. Madre, gracias por secar mis lágrimas, por ser fuerte y paciente, por no desmayar. Y al entenderlo ahora le pido perdón por no haber valorado la riqueza de sus años, la madurez de su ilusión, hoy convertida en esperanza y ahora sé que al final, cuando han pasado mis amigos, mis promesas no cumplidas, mis ilusiones, mis arranques y rebeldías, entonces, ahora sé que mi mejor amiga siempre ha sido usted. Gracias por haberme dado la vida, por aceptarme en su vientre, por ser como es y por poder decirle: Madre!”

“Madre, en este día tan especial quiero decirte que te amo y lo importante que eres para mí. Quiero darte las gracias por haberme dado la oportunidad de vivir, hoy es un nuevo día para mí, porque me he dado cuenta de lo valioso que eres para mí y que yo soy para ti. Tú me diste amor desde que era una niña, me diste el existir y sembraste en mí alegrías y emociones. Me siento dichosa de tenerte como madre, gracias por existir, por comprender mis errores, por perdonar mis faltas y por darme la oportunidad de reflexionar. Madre, los lazos que nos unen jamás podrán romperse, eres como un rayito de luz que siempre aparece cuando hay tristeza y dolor. Tu amor me sostiene y me da valor para continuar y me hace reflexionar en lo bueno que tiene la vida. Por mí enfrentaste todo, siempre has tratado de darme lo mejor, y eso, sólo te lo puedo pagar con mucho amor”.

Qué opina, querido lector. Después de leer estas líneas ¿todavía seguiremos pensando que la readaptación no existe? Cuando se dan los elementos necesarios, dentro de un plan bien estructurado, la gente puede cambiar. Las penas no deben ser una venganza o una revancha social sino la oportunidad que se le brinde a todos aquellos que han cometido un ilícito, de reflexionar y prepararse para reorientar su conducta. Y las líneas anteriormente citadas son un claro ejemplo de ello.

Fuente: Periódico Frontera
Autor: Lic.. Jesús Cureces
Criminólogo - Penitenciarista